Se trata de un crustáceo con muchas patas y un cuerpo muy flexible y duro, como un caparazón. Su ojos son móviles lo que le permite controlar a su presa en todo momento.

Vive en fondos marinos, a profundidades superiores a los 50 metros, lo habitual es que ronden los 100 – 200 metros de profundidad, donde las profundidades son más ricas en vegetación y especies. Tienen que ser fondos marinos con arena para que puedan hacer sus cuevas para camuflarse cuando se ven en peligro.

La cigala común, fisicamente es alargada. De color rosa, variando la intensidad según el tipo, edad, hábitat… tiene 10 patas para desplazarse y otras 6 patas para la captura, olfato… la carne de la cigala está en el abdomen, formado por segmentos y, una cola alargada. En sus pinzas tiene espinas, que le sirven para atrapar sus presas y defenderse de las amenazas.

La carne de la cigala es blanca, fina y con mucho sabor. Es muy valorada en el mercado y en las altas cocinas por que se alimenta de bivalvos, moluscos y pescados ya muertos que se encuentran en los fondos. Su carne es la que aporta menos calorías entre todos los mariscos.

Galicia es una de las zonas de España con más tradición sobre el marisco y, las lonjas donde más cigalas se encuentran son: La lonja de A Coruña, Ribeira y Muros donde siempre se vende cigala fresca.

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