Mar y trabajo
Como colectivo, el de la pesca y el marisqueo apenas es perceptible para el ciudadano. Este se da cuenta de que tal colectividad existe cuando, por una huelga, los marineros y mariscadores optan por no salir a faenar y el desabastecimiento de los mercados hace que la ciudadanía, acostumbrada a comer pescado y marisco, clame al cielo por su falta. También cuando un suceso luctuoso se produce. Es verdad. Pero, en general, el profesional de la mar ni siquiera se tiene en cuenta sindicalmente, ni a efectos políticos (no pueden votar en las próximas municipales, ni tampoco en las generales, ni -probablemente- en las autonómicas, cuando estas se convoquen de nuevo). Existen, sí, pero no cuentan. Como un cero a la izquierda de la cifra.
Y, sin embargo, solo en lo que atañe a Galicia y según cifras dadas a conocer por la Federación Galega de Confrarías de Pescadores, son 12.734 los afililados. Y de esos, aglutinados en las federaciones provinciales de A Coruña, Pontevedra y Lugo, 6.391 son mariscadores (a flote, a pie o a pie con embarcación), lo que supone que la mitad ade los afiliados al organismo gallego se reparten entre los diferentes sectores y colectivos como artes menores, recursos específicos, cerco, volanta o pesca de altura, mientras que el 50% vive del marisqueo.
A pesar de la reducción considerable del número de trabajadores del sector y de su progresiva pérdida de poder adquisitivo -recuerda el presidente de los pósitos gallegos, Tomás Fajardo- consecuencia según los propios pescadores de los bajos precios asociados a la escasez del recurso, el reparto de profesionales por colectivos no ha variado en los últimos años: cerca del 21% de los pescadores se dedican a las artes menores; un 5,4% al cerco; y un 5,3% a recursos específicos. Por provincias, tanto en la de A Coruña como en la de Pontevedra, destaca el marisqueo, mientras que en la de Lugo, de 798 profesionales censados, más del 54% son empresas y tripulantes de litoral, altura y gran altura, y sólo 16 mariscadores.
Esta es la realidad de un pueblo, el gallego, que no pierde de vista el mar aunque, generalmente, quienes no viven de él se desentienden de aquellos que con su trabajo diario logran que la despensa del mar se mantenga mientras luchan por compatibilizar el trabajo y la sostenibilidad del medio que lo proporciona. El mar da trabajo. Pero también hay que trabajar para lograr que el mar continúe siendo la empresa de las nuevas generaciones de pescadores y mariscadores.
Fuente: La Opinión A Coruña
http://www.laopinioncoruna.es/mar/2015/05/06/mar-trabajo/953457.html